Hace cinco meses, seguidos por el afán de un descanso, y de pasar unos días con amigos, decidimos ir a Colonia del Sacramento, en el departamento de Colonia – Uruguay. A todas esas condicionantes del viaje yo le sumaba una muy especial para mi: la oportunidad de sacar fotos, ya que solo había pasado dos veces por ese lugar: la primera, en un viaje liceal, y no contaba con una cámara; y la segunda en un viaje con la universidad, pero no nos detuvimos allí. Así que esta era la excusa perfecta!!!
Lo primero que hice fue cargar mis dos pares de pilas para la cámara y ponerlas en mi bolso de viaje!!, junto con el cargador, por las dudas, lo primero, antes de la ropa incluso!!! Como salimos en la noche, no había mucho que documentar en un ómnibus en movimiento, así que esperé a que amaneciera.
Con los primeros rayos de sol, típicos de otoño, tomé algunas fotografías del campo, a través de la ventanilla del ómnibus, pero lo mejor estaba por venir…faltaba poco para llegar a Colonia!!!.
Cuando llegamos, a eso de las 8:00 de la mañana de un día nublado, lo primero que hice fue tomar una foto de la calle principal, casi desierta a esa hora del día.
Con el paso de las horas, el día comenzó a despejar, ya se podía apreciar el tono azul entre las nubes que se iban haciendo paso; era el momento para unas fotos en la rambla!!! Salimos con amigos, apreciando el paisaje, solo el canto de los pájaros se escuchaba en ese lugar!!! Al acercarnos a la rambla, nos sentamos en las piedras a charlar y a tomar unos buenos “mates” como uruguayos que somos!!, y emprendimos viaje caminando hacia el barrio histórico.
Es inevitable no pasar por una pequeña feria, de artesanías en la que compré algunos recuerdos para mi familia y mi amor ♥, me arrepiento de no haber tomado fotos de ese lugar!!.
Al llegar al barrio histórico, pasamos horas sacando fotografías. Es tal cual lo recordaba de ese viaje con mis compañeros de secundaria. Recorrimos por las pequeñas calles empedradas, y nuestro mapa, dedicándonos un tiempo especial a la denominada “calle de los suspiros”. Tomamos fotografías de esas cosas que nos llamaban la atención, y de cada lugar que figuraba como sitio de interés.
A la noche regresamos, teníamos que retratar ese lugar, con los contrastes de las sombras y las pequeñas farolas de las casas antiguas. La experiencia fue increíble, esas son mis fotos preferidas del viaje.
Al día siguiente, fuimos a una ciudad vecina, Rosario, en la que tomamos algunas fotos de su iglesia, su parque y sus calles.
Fue un viaje genial!!! La pasamos muy bien, y me quede con muy lindos recuerdos, de una ciudad con gente amable y hermosas –pequeñas postales- para retratar.
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